La sal no sala

Como nunca fui supersticioso y desde siempre me llamó la atención de donde vienen las supersticiones. En su momento, hasta llegué a inventar supuestos motivos, que explicaban a una o a otra.

Supongo que es por eso, que recuerdo cual es la primera de las supersticiones de la cual conozco su origen y que luego me llevó a buscar los otros.

No pases la sal de mano en mano que trae mala suerte.

¿Qué es lo que lleva a la gente a estar aterrada cuando alguien le pasa la de mano en mano? ¿Qué es lo que lleva a esa misma gente a pedir que la deposite en la mesa?

Bueno la respuesta es bastante sencilla, pero no por eso deja de ser interesante.

Resulta ser que en la antigüedad, no había supermercados donde pudiera comprarse sal, ni siquiera mercaditos de barrio. La sal era muy cara ya que costaba mucho el extraerla y en general, el común de la gente, comía la comida sin sal y sin ningún otro tipo de especia.

La sal era tan cara que se utilizaba como comóditi de intercambio, como si de dinero se tratara, de hecho de sal viene salario. Se armaban terrones de sal, o se la guardaba en bolsas de cuero. El problema que existía era que si se caía al suelo, gran parte de ella se perdía (el suelo era de tierra) y por tanto se perdía dinero.

Entonces, ¿Qué pasaba si alguien le daba esta sal a otra persona en la mano y la sal se caía al piso? ¿De quién era la culpa? ¿De la persona que entregaba la sal, que no la sabe dar? ¿De la persona que recibía la sal que no supo agarrala?. Era una cuestión bastante difícil y casual de peleas a muerte.

Con lo cual se armó un tratado implícito en el cual la sal se debía depositar en una mesa y no pasarla de mano en mano. De esta manera el que la dejaba tenía la responsabilidad hasta apoyarla en la mesa, luego de eso la responsabilidad recaía sobre el que la tomaba.

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